Si navegas por Internet buscando esta respuesta encontrarás varias versiones acerca del origen del papel pintado como elemento decorativo de pared. Alrededor del año 200 A.C. en China, se comenzó a cubrir las paredes con papel de arroz aunque con el único propósito de reforzarlas. Posteriormente, en el año 105 D.C. nace el concepto de Papel Pintado, tal y como lo conocemos hoy, con la finalidad de ornamentar las paredes, cuando un oficial fabricó tiras de papel con restos de tela llenando de colorido las paredes y de orgullo a los emperadores ya que no se había visto semejante adorno con anterioridad.
Estos primeros papeles se pintaban a mano y posteriormente mediante la estampación con bloques.
La revolución industrial traería la primera máquina que coloreaba con tintas las hojas de tapiz y posteriormente otra que producía el papel pintado de cualquier longitud, pero fue en 1839 cuando una empresa inglesa creó por fin una máquina que fijaba en tela de algodón dibujos lisos o en relieve usando unos rodillos. Esta máquina abarataba tanto los costes que los igualaba con pintar las paredes, poniendo fin a esta disyuntiva y permitiendo que todas las clases sociales tuvieran acceso a este divertido elemento decorativo.